sábado, 19 de junio de 2010

Una boda NATURAL

En estos días fui invitado a la boda de mi sobrina Laura que se celebraba en Cartagena. La boda, según me informaron, se había celebrado unos días antes en el juzgado. Entonces, ¿de qué se trataba?; muy sencillo, de manifestar, fuera ya de formulismos y parafernalias legales, sus auténticos sentimientos. En una granja escuela a las afueras de Cartagena, en un ambiente campestre y exento de lujos, los novios se prometieron amor y fidelidad. Arropados por los comentarios de sus familiares y amigos que fueron desfilando micrófono en mano, hicieron sentir a todos el magnetismo embriagador del momento. Hubo lágrimas y risas por doquier, anécdotas simpáticas y emotivas y aún picarescas, diría yo. Todo fue perfecto: el ambiente, los platos que degustamos el buen vino de Yecla, el arroz cocinado en los calderos al aire libre, la proyección de fotos familiares que se hizo al anochecer, el champagne, la buena música de un grupo local y los riquísimos zumos tropicales aderezados con distintos cordiales, pusieron punto final a altas horas de la noche a una boda deliciosa. y MI SOBRINA LAURA GUAPÍSIMA.- Por Luis

2 comentarios:

J. Lorenzo dijo...

La vida nos ofrece momentos mágicos con quienes queremoos. Nos veremos pronto

Unknown dijo...

Yo no hubiera expresado mejor lo que fue la boda. Un descripción perfecta.

Un saludo
Jose M